La obesidad: causas, consecuencias, diagnóstico y tratamiento
La obesidad es una enfermedad muy difusa en todo el mundo y se encuentra en aumento en muchos países desarrollados.
Se estima que aproximadamente un 30% de la población mundial es obesa y los casos están involucrando también a muchos niños y adolescentes.
Esta condición patológica es muy común en el ser humano ya desde la antigüedad, que persiste y se incrementa con el tiempo debido a factores genéticos y ambientales hasta convertirse en una verdadera pandemia con consecuencias muy graves para nuestra salud.
La obesidad se define como un exceso de tejido adiposo o grasa en el cuerpo debido principalmente al desequilibrio que se instaura entre lo que se ingiere en términos de calorías y lo que se logra gastar a través de la actividad física.
La sociedad de hoy en día por un lado es víctima del consumismo y por otro lado es víctima de la tecnología que hace permanecer por mucho tiempo inactivo nuestro cuerpo. La suma de estos dos factores de seguro no favorece el llevar un estilo de vida saludable.
Causas de la obesidad
Es una condición multifactorial donde podemos incluir causas genéticas, conductuales, metabólicas y hormonales.
Genética: existen estudios que confirman que la obesidad puede ser una condición hereditaria, con genes que influencian tanto la cantidad como la distribución de grasa corporal.
Dieta poco saludable: hoy en día tenemos mayor acceso a productos procesados llenos de azúcar, grasas y aditivos que son ingredientes perjudiciales para nuestra salud
Sedentarismo: la vida urbana, el transporte, el trabajo y la tecnología de alguna forma nos obligan a permanecer más tiempo sentados e inactivos.
Falta de sueño: no dormir lo suficiente o dormir demasiado puede ocasionar cambios hormonales que aumentan el apetito, así como los antojos por alimentos densos en calorías.
Estrés: cuando nos encontramos bajo una condición de estrés, se tiende a comer con la intención de satisfacer necesidades emocionales y por esta razón tratamos de consentirnos con alimentos “recompensa” que son ricos en calorías, más que todo dulces, lo cual si se hace de forma recurrente, nos puede llevar a un aumento exponencial de peso.
Embarazo: esta es una fase caracterizada por muchos cambios hormonales que sin duda alteran el metabolismo, por eso es muy importante cuidar la alimentación durante este periodo.
Microbiota: la flora intestinal se ve afectada por los alimentos que ingerimos y puede contribuir al aumento de peso.
Dejar de fumar: en este caso cuando soltamos este vicio automáticamente buscamos un reemplazo para combatir la abstinencia del habito de fumar y los alimentos son una solución bastante inmediata y satisfactoria, solo que el refugiarse sobre alimentos calóricos, puede conducir en el tiempo a un estado de sobrepeso y obesidad.
Si tomamos en cuenta una visión más integral como la que puede brindarnos la medicina oriental, entonces podremos también considerar otro punto, y es que esta enfermedad no es solo fruto de una ingesta excesiva de comida, sino más bien de un desarreglo metabolico-energetico que produce acumulaciones. Es decir que no tiene que ver solo con la entrada sino también con la salida y el no desintoxicar.
La obesidad a nivel energético se relaciona con una deficiencia de energía en nuestro chakra 1 que es quien nos enseña a tener una buena relación con los alimentos, y con el chakra 3 que involucra todo nuestro sistema digestivo, por lo tanto en estos casos sera muy probable que se carezca de fuerza digestiva.
Consecuencias de la obesidad
Hipertensión
Diabetes de tipo 2
Enfermedades cardiovasculares
Osteoartritis
Algunos tipos de cáncer
Problemas psicológicos
Baja calidad de vida
El grado de riesgo dependerá entre otras cosas de la cantidad relativa de sobrepeso, de la localización de la grasa corporal, del historial de aumento de peso durante la edad adulta y del nivel de actividad física.
Método de diagnostico
Es importante recopilar información de la persona y crear un historial médico considerando su recorrido relacionado con el aumento de peso, patrones de alimentación, nivel de actividad física, enfermedades, sintomatología actual, uso de medicamentos, grado de estrés, calidad del sueño, estilo de vida así como la familiaridad para conocer si otros integrantes de la familia padecen de la misma condición.
Análisis de sangre que incluya hemograma completo, perfil lipídico y hepático, glucosa, insulina en ayunas, hemoglobina glicosilada y hormonas tiroideas.
Examen físico que tome como referencia el peso, la estatura, los signos vitales, frecuencia cardiaca, presión arterial, auscultar el corazón y los pulmones y examinar el abdomen.
Mediciones: en este caso el índice de masa corporal (IMC) cuyo valor si es igual o mayor a 30 indica una condición de obesidad y la relación cintura-cadera, el cual indica la cantidad de grasa intra abdominal y es un marcador que ha adquirido un valor predictivo importante en el caso de sobrepeso y obesidad y nos indica si hay riesgo a nivel cardiovascular. Cabe destacar que en este caso los resultados varían dependiendo del sexo de la persona, considerando como valor máximo para las mujeres 0,80 y 0,95 para los hombres.
Tratamiento de la obesidad
Sin duda esta condición requiere de cambios inmediatos en el estilo de vida y esto se puede obtener a través de una orientación profesional, por lo general dictada por la figura de un nutricionista y un psicoterapeuta.
Reeducar a la persona en cuanto a sus hábitos alimenticios, lo que significa ir eliminando de manera progresiva los alimentos inflamatorios e ir incorporando alimentos saludables que aporten nutrientes y energía al organismo.
Sanar la microbiota intestinal: las personas con problemas de sobrepeso y obesidad suelen tener problemas de disbiosis intestinal como resultado de una alimentación poco saludable y por lo tanto, se necesitará recrear nuevamente un equilibrio a través de la eliminación de parásitos intestinales para repoblar el tracto gastrointestinal con un ecosistema más sano y así garantizar la correcta absorción de nutrientes.
Promover la actividad física: una de las cosas que debemos incorporar en nuestra rutina diaria es el ejercicio físico no solo para aumentar nuestro gasto energético sino también para favorecer nuestra salud psicológica.
Mejorar los niveles de estrés: se suele aconsejar el manejo del estrés a través de técnicas de relajación, yoga, meditación o actividades recreativas, inclusive tener mayor contacto con la naturaleza.
Mejorar la calidad del sueño y mantener estable nuestro reloj biológico
La acupuntura es un tratamiento que puede implementarse ya que va a estimular todo nuestro flujo energético con la finalidad de regular energéticamente todos los órganos implicados en los procesos metabólicos, acelerar el metabolismo , reducir el estrés y la ansiedad así como la retención de líquidos.
Las flores de Bach son una excelente alternativa para trabajar sobre las emociones y patrones de conducta que puedan estar interfiriendo en esta condición.
Cuando nos encontramos frente a casos extremos de obesidad se puede recurrir a métodos más invasivos como la cirugía bariatrica la cual tiene como objetivo limitar la cantidad de comida que usualmente se puede ingerir de forma cómoda y de esta manera permite disminuir la incorporación de los alimentos y las calorías.
Pero para recurrir a este sistema es necesario cumplir con ciertos requisitos: un caso muy grave de obesidad con IMC superior a 40, que existan problemas de salud importantes como diabetes y presión arterial alta asociadas al exceso de peso y que la persona este dispuesta a comprometerse en cambiar su estilo de vida para que este proceso funcione.
Teniendo en cuenta toda esta información mi consejo es el de trabajar con la prevención siendo más conscientes de los factores de riesgo y consecuencias y para quienes están atravesando esta condición, recurran a un profesional que los guie y motive a encontrar soluciones.
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