La gastritis: de que se trata y como podemos sanarla
La gastritis es una enfermedad inflamatoria que involucra la mucosa gástrica del estómago, puede ser de naturaleza aguda o crónica y depende tanto de factores exógenos como endógenos.
Para corroborar que estamos ante un problema de gastritis no solo se toma en cuenta el diagnóstico clínico, sino que también es necesario el examen histológico a través de una biopsia de la mucosa que revele la presencia de la enfermedad.
Hoy en día esta problemática se presenta con mucha frecuencia en la población mundial y afecta también a personas jóvenes, ya que uno de los factores responsables de esta enfermedad es el estrés y sabemos que el ritmo de vida que se lleva en la actualidad es desgastante.
Factores causales de la gastritis
Factores endógenos
Alcalinización de los jugos gástricos
Reflujo de la bilis hacia el estomago
Trastornos autoinmunes
Para la medicina tradicional China existe claramente un desequilibrio energético entre la energía positiva yang y la energía negativa yin lo que hace que ciertos órganos resulten afectados.
En este caso donde se involucra la zona digestiva, veremos comprometidas las funciones del estómago y bazo páncreas. Existe una insuficiencia de energía en esta zona y una deficiencia de yin
Factores exógenos
Infección por Helicobacter Pylori
Consumo frecuente o prolongado de fármacos como aspirina, ibuprofeno y antiinflamatorios no esteroideos
Exceso de alcohol y tabaco
Alimentación basada en irritantes de la mucosa gástrica como picante, grasas saturadas y productos procesados
Pasar muchas horas sin comer
El estrés
El daño de la mucosa gástrica depende del tiempo de permanencia del factor o factores responsables del proceso inflamatorio.
La gastritis puede clasificarse como aguda o crónica fundándose en el tipo de célula inflamatoria y su comportamiento en el tiempo.
La gastritis aguda suele durar algunos días y luego desaparece una vez que se elimina el agente causante, se caracteriza por la presencia de un infiltrado de células polimorfonucleares de la mucosa del antro y del cuerpo del estómago y por lo general se produce por el uso prolongado de fármacos, alcohol y estrés.
La gastritis crónica deriva de una enfermedad que ya tiene varios meses o incluso años, implica un grado de atrofia con perdida funcional de la mucosa o metaplasia y casi siempre se asocia a una infección causada por Helicobacter pylori o alcalinización del pH del estómago.
Sintomatología de la gastritis
Los síntomas pueden variar de leves a severos pero lo más común que puede presentarse es una molestia persistente en el área del abdomen que tiende a convertirse en dolor. En el caso de una gastritis avanzada también se pueden sumar otros síntomas como reflujo gastroesofágico, indigestión, náuseas, vómitos y en ocasiones con sangre
Diagnóstico de la gastritis
Lo primero que se debe hacer es recolectar información por parte del paciente en la consulta, conocer su estilo de vida, alimentación, los síntomas que presenta, desde cuándo comenzó a tener el problema, si toma medicamentos y una serie de pregustas que nos ayudaran a enfocar la situación.
Un examen de sangre será necesario para conocer sus valores y como realmente esta su estado de salud.
Se considera también importante el examen de las heces para ver si existe sangrado y para corroborar la presencia del Helicobacter pylori.
Gastroscopia para ver el estado de la mucosa gástrica
Cuando se logra hacer un buen diagnóstico en un tiempo prudencial y se elimina el agente causal invitando al paciente a mejorar algunos hábitos de vida, la enfermedad puede desaparecer. El riesgo se presenta cuando la mucosa del estómago permanece alterada por mucho tiempo ya que pueden desarrollarse ulceras y en casos más graves incurrir a un cáncer de estómago.
Algunos consejos para combatir la gastritis
Siendo la gastritis una enfermedad inflamatoria, debemos comenzar por evitar el consumo de alimentos inflamatorios y de difícil digestión como por ejemplo las carnes rojas, productos procesados, grasas saturadas, dulces, gluten, lácteos, legumbres, embutidos, enlatados, condimentos como el vinagre y salsas industrializadas.
Evitar alimentos irritantes como el picante, la pimienta y el chocolate
No consumir alcohol ni café
Eliminar el tabaco
Evitar los alimentos crudos, mejor cocidos que son más fáciles de digerir
No comer frutas acidas
Alejarnos de verduras que puedan causar flatulencias como brócoli, coliflor, pimientos así como ajo y cebolla sobre todo crudas ya que son bastante indigestos.
Eliminar las bebidas carbonatadas, tanto agua como sodas y refrescos
Aumentar la ingesta de agua
Tomar té de caléndula o sábila, también te de manzanilla y evitar el té verde o te negro
Incluir sal en nuestras preparaciones ya que el ácido clorhídrico se forma a partir del agua y la sal. Preferiblemente que sea sin refinar ya que es rica en minerales y también se puede optar por la sal rosada del Himalaya.
Es importante masticar bien la comida y que nuestros platos no sean tan abundantes para no tener problemas a la hora de digerir
Podemos utilizar enzimas digestivas
Suplementarnos con magnesio
No pasar muchas horas sin comer
Evitar el uso de fármacos que puedan comprometer la salud estomacal como los antiinflamatorios no esteroideos
Controlar los niveles de estrés, en estos casos nos pueden ayudar las técnicas de meditación, yoga o simplemente pasear al aire libre
En cuanto al tratamiento muchos médicos recomiendan el uso de antiácidos y protectores gástricos, yo en lo particular prefiero una vez eliminado el agente causal, invitar al paciente a hacer ciertos cambios en su estilo de vida e incorporar tratamientos más naturales trabajando en conjunto con alimentación, suplementación y modulación de los niveles de estrés.
Para asesorías y consultas de nutrición, puedes contactarme desde mi Sitio Web:
Totalmente asertivo este contenido de hoy. Mil gracias, lo consideraré como un regalo hoy día de mi cumpleaños. Abrazos