25 minutos de atención a la comida
Hoy en día es difícil dedicarle 25 minutos de atención a la comida porque vivimos sumergidos en el movimiento de las agujas del reloj y en un ritmo continuo de quehaceres que nos obligan a estar constantemente activos. ¿Pero en realidad este representa un habito saludable para nosotros?, la respuesta es absolutamente no.
La frase con la cual convivimos a diario es “no tengo tiempo”, y a raíz de esto nos comprometemos a hacer mil cosas a la vez, arriesgándonos de no concentrar suficiente energía en cada una de ellas y aumentando la probabilidad de estresarnos y agotarnos con mayor facilidad.
Una de las cosas que sacrificamos de manera regular es el momento de la comida, ese espacio tan privilegiado que representa una forma de cuidado para nuestro cuerpo, de desconexión con todo lo que estemos haciendo y de tomarnos esa pausa agradable con la cual nos recargamos energéticamente para luego seguir con nuestras actividades.
Lamentablemente se ha perdido esa atención porque no logramos establecer un horario dedicado a nuestra alimentación y por lo tanto esto pasa en segundo plano con respecto a los deberes que tenemos que cumplir a diario. Otra cosa que es importante mencionar es que se come de forma automática, sin percibir las cualidades de la comida, es decir su olor, sabor, textura y esto genera una relación poco saludable con lo que ingerimos.
¿Qué significa prestarle atención a la comida?
Comenzare diciendo que el primer acto que refleja la atención hacia la comida es el momento en que seleccionamos lo que vamos a comer, posteriormente cuando establecemos un contacto con el alimento al momento de la preparación y luego cuando nos disponemos a degustarlo con la debida concentración y tiempo.
La masticación efectuada de forma lenta manteniendo por aproximadamente 15 segundos cada bocado, también representa un acto importante ya que nos predispone a que tengamos una buena digestión y esto porque nos permite destruir ciertos componentes de los alimentos que, a la hora de ser digeridos, no pierden sus propiedades y pueden ser asimilados con mayor facilidad en las fases sucesivas a tal proceso. La masticación también nos ayuda a controlar las cantidades que ingerimos y nos concede un mayor placer porque saboreamos cada bocado en su totalidad.
Prestar atención también significa concentrarnos en lo que hacemos, y a la hora de comer es importante que nos desconectemos del resto de las cosas que veníamos haciendo, lo cual incluye el uso de cualquier dispositivo electrónico. Hago hincapié en este particular porque hoy en día lo más común es ver personas sentadas en una mesa comiendo y utilizando el celular al mismo tiempo o viendo televisión o usando una laptop y esto es inadmisible cuando se trata de preservar nuestra salud.
Beneficios de comer con atención
Valorizamos lo que comemos y creamos una verdadera conexión con el alimento. Esto es fundamental porque cada una de nuestras células es sensible al tipo de información que le enviamos, y de apreciar o comer de manera gratificante seguramente será una forma de recomenzar a nuestro organismo.
El apetito viene controlado por hormonas específicas: la grelina sintetizada por el duodeno y el estómago, la cual es la encargada de despertar el apetito, y la leptina, producida por el tejido adiposo y encargada de inhibir las ganas de comer. Ambas envían al cerebro una señal para informar que el estómago está satisfecho. Este proceso suele durar unos 20 minutos, por lo que comer despacio le otorgaría al cerebro el tiempo necesario para recibir esta señal.
Podremos garantizar una experiencia placentera para nuestros sentidos, ya que tomaremos en cuenta el aspecto visual de nuestro platillo, el aroma y sus cualidades gustativas.
Logramos controlar nuestras porciones porque nos sentimos saciados más rápidamente y por más tiempo, lo cual es favorable en términos de control de peso.
Una mejor digestión ya que cuando masticamos de forma lenta el alimento llega al estomago ya pre digerido y esto facilita el trabajo de los jugos gástricos a nivel estomacal. Con una buena digestión evitamos la formación de gases, distensión abdominal y fermentación o putrefacción de los alimentos.
En conclusión, vamos a dedicarle el tiempo necesario a nuestras comidas, a disfrutar de la experiencia que nos regala cada alimento y a cuidar un poco más de nosotros mismos ya que esta información es para aprender a cultivar hábitos más saludables que nos permitan tener una mejor calidad de vida.
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