Curiosidades

Somatizar: como las emociones nos pueden enfermar

Somatizar significa transformar de forma inconsciente los problemas psicológicos en síntomas físicos, los cuales interfieren con nuestra calidad de vida.

Somatizar
Somatizamos con un dolor o malestar físico

Es importante reconocer que existe una conexión directa entre mente, cuerpo y emoción y estos tres elementos se retroalimentan, por lo tanto, si vivimos constantemente bajo estrés, por ejemplo, eso puede generar preocupación y esta emoción se manifestara a través de algún síntoma sobre nuestro cuerpo. Lo que significa que el conflicto psicológico claramente se expresa a través del cuerpo para hacernos notar que hay un desequilibrio más profundo que necesita de atención.

Nosotros somos una unidad compuesta por cuatro realidades compenetradas entre sí: orgánica, cerebral, psíquica y energética. Ninguna célula se escapa del control ejercido por el cerebro y este no escapa al control del pensamiento consciente o inconsciente y por lo tanto ninguna célula se escapa del psiquismo el cual genera una respuesta emocional que se traduce en algún problema orgánico.

La somatización puede revelar síntomas de diferente naturaleza según el órgano que interese y por lo general se suele producir en los órganos más débiles de la persona, cuyo contenido emocional a menudo suele haber sido exaltado en las situaciones traumáticas más intensas que hemos valorado.

La somatización afecta los órganos mas débiles de la persona

A nivel gastrointestinal puede manifestarse con diarrea, intolerancia alimentaria, dolores abdominales, ulceras o gastritis

A nivel respiratorio y cardiaco con mareos, dolor en el pecho, taquicardia y sensación de ahogo.

A nivel neurológico con cefaleas y dolores abdominales

A nivel sexual con pérdida de libido, impotencia y menstruaciones irregulares.

Elementos que se necesitan para somatizar una situación difícil

Que sintamos que la situación nos resulta perjudicial

Que vivamos el problema en soledad

Estar aislados nos predispone a somatizar la situación

Que no exista una solución aparente

Que la experiencia sea intensa

Sentir ansiedad tan solo al pensar en el problema

Cuando nos sentimos amenazados por no contar con los recursos necesarios para afrontar la situacion

¿Cómo reconocemos una somatización?

Cuando no dejamos de pensar en el problema y ese exceso de estado de alerta implica un aumento del tono vegetativo simpático y un estancamiento o bloqueo en el hígado. Básicamente se genera un estrés muy intenso que nos puede llevar a la enfermedad.

Pensamos de forma obsesiva en el problema

El estado emocional y la claridad mental de una persona dependen de la fluidez de la energía y de la sangre. El hígado controla estos factores y por lo tanto la estabilización del equilibrio emocional. Un hígado sano proporciona un juicio claro y decisiones firmes.

Cuando presenciamos un bloqueo energético de este órgano, existirá depresión, frustración y una tendencia psíquica negativa asociada a la ira o cólera que se produce como respuesta a todo este cuadro emocional desequilibrado. El problema de la ira es que se tiende a reprimir hasta no hacerse evidente en medio de una crisis explosiva y es la emoción más dañina porque condiciona todas las funciones del sistema energético.

La ira manifestándose en una crisis explosiva

Desde un punto de vista sintomatológico podremos tener:

La cabeza muy congestionada y serán comunes las cefaleas

Manos y pies fríos

Pérdida de apetito

Perdida de apetito

Problemas digestivos

Alternancia de diarrea y estreñimiento

Caspa, picazón en la piel y calambres

Problemas en la vista

Una dieta enfocada en mejorar la condición hepática nos puede ayudar a equilibrar la energía de este órgano.

¿Cómo desmontar la somatización?

Lo primero que debemos hacer es reconocer el problema y como nos hace sentir, eso significa ser más conscientes de la emoción que nos está invadiendo.

Reconocer el problema y la emoción que nos acompaña

Es importante expresar lo que sentimos, no contener la emoción y por lo tanto compartirla con una persona de confianza que esté dispuesta a escuchar y quizás a aportar su buen criterio en busca de una solución o también contar con un terapeuta para que nos oriente y apoye.

Tratar de distraerse para evitar enfocar la atención únicamente sobre el problema. Hacer ejercicios, buscar una actividad creativa que nos ayude a drenar la energía sería ideal.

Hacer ejercicios al aire libre

Una alimentación saludable es de gran ayuda para que las situaciones se vean con mayor claridad y optimismo.

Las flores de Bach son una excelente herramienta para tratar los problemas emocionales y brindarnos mayor tranquilidad.

También es muy importante mantener la esperanza de que cada problema siempre tiene una solución y que a veces hay que cambiar simplemente la perspectiva para pensar en nuevos comienzos o nuevas oportunidades.

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