El Ayuno Intermitente: para algunos una moda, para otros una estrategia nutricional

Antes de afrontar este tema acerca del ayuno intermitente, es importante mencionar que los seres humanos hemos crecido en condiciones de hambre, es decir de alguna forma estamos adaptados por naturaleza a permanecer por mucho tiempo sin comer y el hecho de poder conocer con mayor profundidad lo que se despliega de este mundo del ayuno, será determinante a la hora de comenzar a tomarlo en cuenta como una estrategia nutricional.

Antiguamente se tomaba en cuenta el ayuno como una forma de conectar con Dios y tener mayor claridad de pensamiento, esto porque al estar nuestro cuerpo en ausencia de cualquier sustancia de desecho o toxina, se considera que esta bajo un ambiente limpio y libre para ser considerado un canalizador de la energía divina. Hoy en día se sigue manteniendo vigente el ayuno en algunas religiones a través de la época de Cuaresma (para los cristianos), el Ramadán (para los musulmanes ) y el Yom Kipur ( para los judíos )

Actualmente y posteriormente a algunas investigaciones, se ha podido constatar que alternar periodos de ayuno con periodos de ingesta de alimento, resulta ser algo beneficioso para la salud. Esta estrategia nutricional se le conoce con el nombre de Ayuno Intermitente

En practica cuando dejamos de comer, dejamos de necesitar energía para metabolizar, digerir, absorber y descomponer los alimentos. Por lo tanto, tenemos un excedente de energía que se puede emplear para procesos de depuración y limpieza.

Lo que sucede es que en nuestro metabolismo se generan toxinas que necesitan ser eliminadas, por una parte estas son generadas por la absorción de toxinas externas como pesticidas, aditivos alimenticios, grasas trans, parabenos, plásticos y por otra parte tenemos lo que absorbemos a través de la respiración.

Cuando ayunamos potenciamos el trabajo de los órganos que representan los principales filtros del organismo y además se promueve la limpieza de la matriz celular que es el entorno más próximo a la célula. Allí normalmente se acumulan toxinas y esto puede perjudicar tanto el ingreso de nutrientes a las células, así como la expulsión de sustancias de desecho por parte de la misma.

Tipos de Ayuno Intermitente

Existe el ayuno 16:8, el de 24 y 48 que son los más comunes.

La idea es alternar periodos de ayuno de 16 horas seguidos a periodos de ingesta de alimentos por 8 horas. Es decir, si hacemos nuestra primera comida a la 1:00 de la tarde, la ingesta de todas nuestras kilocalorías deberá realizarse en un lapso de tiempo entre la 1:00 pm y 9:pm completando con 2 comidas y luego la próxima ingesta seria después de 16 horas nuevamente. De la misma manera sucede con el ayuno de 24 y 48 horas donde la única diferencia es que aumentamos el tiempo de permanecer sin comer.

Beneficios del Ayuno Intermitente

Los beneficios que aporta esta estrategia nutricional son tanto a nivel físico como mental y espiritual.

Obtendremos una reducción de la mortalidad y envejecimiento: una de las cosas que más desgasta a nuestro organismo es la activación constante de energía para el cumplimiento del proceso digestivo, de metabolización y asimilación de los nutrientes, sobre todo cuando ingerimos alimentos poco beneficiosos para nuestra salud y esto conlleva a la formación de una gran cantidad de radicales libres que son precursores de un envejecimiento prematuro.

El ayuno favorece la autofagia, es decir el organismo actúa con mecanismos de reciclaje interno, eliminando células senescentes, toxicas y tumorales.

También tenemos un efecto positivo sobre el sistema inmunológico ya que el ayuno nos permite mejorar las defensas a través de la eliminación de toxinas, productos químicos y células infectadas cargadas de microorganismos. En definitiva, ayuda a limpiar el medio interno de células viejas que no funcionan bien o células dañadas propias del sistema inmunológico.

Se reducen los indicadores de inflamación porque nuestro organismo permanecerá depurado

Mejora el perfil lipídico (colesterol y triglicéridos)

Tiene efectos positivos sobre la plasticidad neuronal

Nos permite tener mayor control sobre el hambre que muchas veces no es fisiológica sino más bien de origen emocional

Permite liberarnos de toxinas emocionales.

Mejora la sensibilidad a la insulina y el uso de glucosa como substrato energético.

Contraindicaciones del Ayuno Intermitente

Quiero recordarles que el ayuno intermitente no es una estrategia nutricional apta para todos, de echo para algunas personas esta contraindicado:

Personas con bajo peso corporal

Niños y adolescentes ya que demandan muchos nutrientes en su dieta para su crecimiento y desarrollo

Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia

Personas que padecen enfermedades de la tiroides ya que el ayuno representa una condición que puede generar estrés y para quienes sufren de patologías de esta glándula, el aumento de cortisol en sangre determina la modificación de los niveles de hormona TSH y hormonas tiroideas de una forma mas acentuada.

Personas que toman medicamentos que requieren de previo consumo de alimentos para que este no afecte la mucosa gástrica

Protocolo para realizar un Ayuno Intermitente

Esta estrategia nutricional no es una dieta que se puede realizar libremente, primero porque al no estar acostumbrados a pasar muchas horas sin comer lo más probable es que tengamos mucha ansiedad, otra cosa importante es que para romper un ayuno no podemos ingerir cualquier alimento y por ultimo si tratamos de hacer todo esto por largo tiempo y sin supervisión profesional, podría ser muy contraproducente para nuestra salud.

Antes de hacer un ayuno debemos procurar comer saludable. Muchas personas tienden a tener malos hábitos en sus comidas bien sea por exceso de alimentos que por falta de nutrientes. Por lo tanto, en esas condiciones será difícil comenzar.

Lo primero es aprender a comer saludable, removiendo cualquier alimento inflamatorio y estableciendo una buena rutina de ingestas que sean nutritivas. Esto lo mantendremos por aproximadamente 3 meses. En este tiempo es probable que se comiencen a experimentar ciertos cambios en el organismo como respuesta a esa modificación brusca de alimentación. Podrán aparecer síntomas como dolor de cabeza, antojos, problemas gastrointestinales, manchas o salpullidos en la piel, etc. pero esto forma parte de una crisis depurativa que experimenta el cuerpo y es algo normal una vez que eliminamos el azúcar, las grasas, las harinas y todo producto procesado.

Para comenzar esta estrategia nutricional, simplemente aumentamos el periodo de ayuno fisiológico mientras dormimos y esto lo hacemos de 2 formas: o saltando el desayuno o la cena.

Nuestro metabolismo debe estar totalmente adaptado para poder resistir la falta de alimento.

Se puede comenzar haciéndolo una vez por semana y luego ir aumentando gradualmente según lo que se necesite y lo que indique el nutricionista.

Durante el ayuno es importante hidratarse muy bien, se pueden tomar también infusiones, pero sin azúcar ni edulcorantes.

Una vez que se termine el periodo de ayuno es fundamental que lo que se ingiera sucesivamente sea algo ligero y fácil de digerir sobre todo si se trata de ayunos largos, ya que el intestino necesitara adaptarse nuevamente.  Todo dependerá de las condiciones en la que se encuentre la persona, por eso no puede establecerse una rutina común para todos.

El seguimiento del ayuno por parte del profesional es muy importante para garantizarle toda la seguridad al paciente, así como su total bienestar.

Considero que esta información es muy útil para aclarar nuestras ideas acerca de como funciona y como nos beneficia este tipo de estrategia nutricional. Les recuerdo que no es una moda sino simplemente una alternativa para aquellas personas que realmente lo necesitan para mejorar sus condiciones de salud.

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